Quienes pueden renunciar a su libertad esencial para obtener una pequeña seguridad temporal no merecen ni libertad ni seguridad
Hay ciertas palabras clave que cuando se mencionan dan carta blanca para imponer cualquier estupidez, por mucho que sea intrusiva, atente contra las libertades de las personas o, simplemente, sea molesta. La principal y últimamente tan de moda es terrorismo. Basta mencionarla como justificación y ¡plas!, no existen los teléfonos móviles anónimos, ¡plas! No puedes viajar en avión con líquidos.
No le veo una justificación rotunda o que justifique su necesidad, más allá de tener más control sobre las personas (las que tengan móvil, que prácticamente son la totalidad en España), pero pasa con muchas otras supuestas «medidas de seguridad». Quien tenga intención de cometer un acto terrorista, puede hacerse fácilmente con una SIM cuando la necesite: puede robar una, pagar a alguien anónimamente para que aporte los datos en vez de él o, simplemente, usar una tarjeta extranjera. No creo que haya que ser terrorista avanzado para saltarse esta gran medida promovida por y para nuestra seguridad. Dormiré más tranquilo cuando todas las tarjetas estén identificadas, dónde va a parar.
A esta medida la considero estúpida, pero tanto como otros ejemplos, como no poder sacar fotos en algunos espacios públicos «por seguridad» o no poder llevar líquidos en un avión (a no ser que pases por caja y pagues en el Duty Free, claro), principalmente porque esas medidas no suponen el aumento de la seguridad que pretenden ser: como digo, quien vaya a preparar un delito, lo prepara a pesar de esas prohibiciones y restricciones. Se aprovecha, argumentando una supuesta intención de dar seguridad, para restringir libertades de las personas, tener más control sobre ellas y, de paso, hacer que vivan en un clima de miedo constante. Porque con miedo, uno se traga cosas que de otra forma ni se plantearía, y así somos todos mucho más mansos y sumisos.
Y alguno podría argumentar que tampoco es para tanto, que yo estoy públicamente mucho más expuesto de lo que obliga esa normativa y la ley en general, con pequeños trozos de mi vida colgando por internet a disposición del que quiera verlos… pero no es para nada lo mismo, porque es algo que yo realizo voluntariamente, y en ningún caso por imposición. Mi caso no es «el caso universal», además de que, cuando quiera, retiro mis datos, fotografías, textos, vídeos, etc. y listo, pero no puedes autoexcluirte del cumplimiento de una ley.