Si hay algo que haga posible que (intente) levantarme cada día con buen humor y algo de energía, es tener objetivos alcanzables marcados. Supongo que lo de tener ambiciones en la vida va por ahí, pero a mi se me haría imposible o tremendamente tedioso vivir sin tener ningún objetivo, ningún sueño por el que levantarse cada día. Se me haría muy deprimente y cuesta arriba un día sin tener algo por lo que, simplemente, merezca vivir el día.
De hecho, la existencia se hace mucho más llevadera teniendo una serie de «hitos» alcanzables a una serie de plazos distintos, para tener variedad. Así, mi mayor ansia a nivel diario y la que hace que el paso de las horas sea más llevadero, es que lleguen las 7 de la tarde para salir del trabajo y poder liberarme un poco del trabajo; pero a nivel semanal es mucho más reconfortante la idea de que en sólo 3 días llegará el viernes (como convenientemente informo cada día! xD) y tendré 57 horas de total esparcimiento. Y la idea es, que según vaya subiendo la escala, no quedarse sin objetivos, no dejar en ningún momento sin tener una zanahoria que perseguir.
Además, lo bueno es que pueden combinarse varios tipos de objetivos. Está claro que algunos sí los voy a cumplir: voy a tener unas vacaciones en verano que probablemente disfrute un montón, o que a las 7 de hoy saldré por la puerta del trabajo liberado por unas horas hasta que vuelva a entrar mañana. Otros objetivos que tengo puede que sean menos realizables, como tener el coche de tus sueños o una casa idílica en la que vivir, pero siguen siendo un sueño que hace más ameno levantarse cada día.
Me da que al intentar escribir mi manera de afrontar el día a día he mezclado un poco mis idea, pero supongo que, continuando con la metáfora del burro y la zanahoria que le hace andar, la idea es tener buscarse unas zanahorias que te motiven, día a día.