Acerca de la visión transtornada

El amor y el odio no son ciegos, sino que están cegados por el fuego que llevan dentro.

Friedrich Wilhelm Nietzsche

Y este primer post del año, continuando mi línea personal (calificada por otros muchos como ñoña) lo publico recién vuelto de salir de una juerga interminable ¡Feliz resaca!

Villancicos

Partamos de la base de que la Navidad apesta. Al menos en la forma en la que se celebra actualmente, una oda al consumismo (regalos que nadie espera ni quiere, hechos por obligación y que no te hacen ilusión… excepto alguno que esperases con especial ilusión, ya sea por el regalo o por recibirlo de alguien realmente especial). Vale que al menos tiene el pase de unas vacacioncillas en las que cada uno puede hacer lo que más le guste.

Pero aparte de la pérdida del espíritu inicial, convirtiéndose en una celebración pervertida, va acompañada de tradiciones que acaban de hacerla inaguantable. Una de estas horrendas tradiciones son los villancicos. No hablo de canciones más o menos decentes hechas para ensalzar esos falsos sentimientos que nos embargan en estas fechas, sino de esas alegres cancioncillas de animadas letras y ritmos fáciles y asequibles para todo el mundo cantadas por siniestros niños surgen en esta época del año para hacer más ¿feliz? nuestra existencia… o quizás para recordar el horrible niño que todos hemos sido (yo no era tan odioso como estos afeminados cantores, al menos eso quiero creer).

Lo malo es que hay gente a la que le gustan y todo (los casos de golpes en la cabeza cuando eres bebé tienen consecuencias, esta es una de las maneras en la que salen a la luz), y tratan de contagiar (cual herpes) su afición. Así que los cantan y tararean a todas horas, los ponen en los altavoces de la ciudad, en el hilo musical del autobús o los programan en la radio en el momento menos esperado, y por mucho que trates de evitarlos acabas por oír accidentalmente alguno. En ese momento tienes que ser fuerte, no dejarte llevar y llenar tu cabeza con algún otro pensamiento alejado de esa melodía tan tarareable, como cuando luchas por no llorar al oír reggeton, exacto… o si no, acabarás cantando en familia, acompañado por una entrañable pandereta y en casos de lujo navideño, hasta una zambomba. Si eres sordo, estos días olvídate los audífonos en casa, habrá gente que te envidie, aprovecha estas fechas para sentirte especial.

Feliz Navidad.

Niebla

La niebla tiene algo especial. No está asociada especialmente a una temperatura (hay días con niebla templados o incluso cálidos, a pesar de que el húmero contacto de la niebla siempre sea refrescante), y lo mismo puede salir en un amanecer muy lluvioso que en una tarde calurosa a última hora. Pero lo que tienen en común todos ellos son el ambiente de misterio y de tranquilidad que no es capaz de transmitir ningún otro fenómeno meteorológico.

Quizás esta fascinación por algo tan común (en la zona de Santiago es más que cotidiana) venga de mi atracción por las nubes, a las que encuentro muy estéticas. De hecho cuando era pequeño me ilusionaban los días en los que al despertarme veía a través de la ventana de mi cuarto los bancos de niebla moviéndose lentamente, para poder bajar a la calle a poder meterme dentro de las nubes… Otra opción es que mi querencia venga dada por un deseo oculto de esconderme, de escapar, de deslizarme sin ser visto… pero no, que yo soy más simple que eso y mis misterios mucho más sencillos.

En fin, reflexiones absurdas para poner tres bonitas fotos de paisajes nebulosos.

Lo único malo que podría tener sería no encontrar lo que buscas… pero yo haría cualquier cosa por encontrarte.

Utilidad del blog

Un toque de color

Cuando empecé el blog no tenía muy claro qué uso pretendía darle, si un espacio donde escribir escritos personales, limitarme a poner cosas divertidas que fuese viendo por internet o enlazar artículos interesantes de otros blogs. Creo que hasta ahora he ido mezclando un poco de todo, pero llegando la faceta personal un poco más tarde. Algunos artículos no eran realmente personales en el sentido en que no hablaba de mi, pero tenían un significado especial que sólo yo o quizás alguien cercano al que iba destinado podría entender.

Pero si sabes que la gente a la que aprecias (y la que no quizás) te lee, aunque sea de vez en cuando, el blog toma otra divertida función, que es la de dejar mensajes para ellos, es una manera distinta de decirles (deciros) cosas. A veces nadie los entiende y parecen idioteces sin sentido (de ser una categoría del blog me temo que sería la más poblada), otras veces resultan bastante evidentes, pero aún así todos me resultan divertidos. Y de vez en cuando me gusta publicar algo personal, aunque sepa que luego cuando quedemos os intentéis meter con el blog (en intentos se quedan,eso sí ;).

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Arena

La arena está sobrevalorada. Ya lo decían en ¡Olvídate de mi! (malísima traducción para un título de largo mucho más interesante como Eternal sunshine of a spotless mind), no son más que trocitos minúsculos y pulidos de piedras, algo tan simple y vulgar como eso. Y aún así tiene su encanto cuando se amontonan tantos granos de arena y forman dunas, o cuando algo tan, a priori, desapercibido como un grano de arena es capaz de molestarte metiéndose en tu boca o en tus ojos.


Cuidado, que viene!


Adiós


I'm walking on sunshine, Uoh uoh!

Y con todo lo molesta que es a veces resulta agradable, quizás sea culpa de dónde ha ido a parar esa arena y no del trozo de piedra pulido…

Reserva

Últimamente veo más de lo que me gustaría la imagen que adorna el post. Parece que carbura mal, quizás se lo haya pegado yo, no sé… Sencillamente supongo que, como en Beverly Hills de Weezer podría decirse que «Where I come from isn’t all that great, my automobile is a piece of crap, my fashion sense is a little whack and my friends are just as screwy as me». Menos mal que al menos puedo llenarlo de cosas agradables… Pero bueno, mi pobre coche es viejo y los achaques que tiene son lógicos, ya habrá tiempo para buscarle un sucesor (que ya me gustaría que durase tanto como lo ha hecho este).

La cuestión es lo útil que es la lucecita. Este chivato se enciende en el último momento, pero dándote suficiente margen de reacción (en este caso para transformar algo de mi poco dinero en gasolina, evitando dejar el coche inmóvil). Debería de haber más luces como esta en la vida real, con oportunos avisos cuando te quedes sin paciencia, sin nada de dinero encima o, simplemente, las cosas empiecen a ir mal.

Sentirse estúpido

Hay ciertas situaciones cotidianas en las que te sientes (más) estúpido. Sin ir más lejos, quién no se ha mordido alguna vez mientras comía distraidamente o deprisa… la cara de tonto que se te queda es bastante interesante. Y si encima te muerdes fuerte, incluso se te puede escapar un insulto contra ti mismo… En general las autolesiones involuntarias hacen que me sienta un poco tonto, lo mismo el mordisco involuntario que pegarme un martillazo (no me ha pasado nunca, pero creo que si me pasase aparte del dolor momentáneo sentiría algo así) o cortarse con un cuchillo pillarse un dedo con una puerta.

Aún así, a mi me gusta tomármelo con mucho humor, ya que si soy capaz de reírme de mi mismo tengo aseguradas unas cuantas carcajadas fáciles a lo largo del día, combinado con que me gusta reír el resultado no es tan malo a cambio de un ligero dolor pasajero… Odiaría ser una de esas personas que no son capaces de consentir el más mínimo fallo personal, y que aún menos son capaces de reírse de sí mismas… Como dice Woody Allen en su última película (aproximadamente, cito de memoria), el mundo sería un lugar distinto si más personas tuviesen sentido del humor….

Nótese el progresivo paso de la tercera persona a la primera, como si estuviese afirmando que soy estúpido. No, si al final tendrás razón ;-)