La inspiración es una zorra muy esquiva. Cuando la tienes, todo es ponerse a crear algo, que las palabras, colores, formas o sonidos te saldrán fácilmente. Todo lo que crees te gustará. Incluso llega un punto en el que tienes que parar, que dosificarte, porque sabes que como sigas creando a tal velocidad te acabarás quedando sin ideas para el futuro, en esas largas épocas en las que no hay inspiración ni pegándote un cabezazo con tu musa.
En esos momentos de vorágine creativa es útil tomar nota de las ideas que has tenido en ese momento de lucidez, que puede durar unos segundos y llegar en un momento inapropiado, pero es una buena costumbre anotar tus buenas ideas, más tarde ya tendrás tiempo para desarrollarlas.
A mi me suele llegar la inspiración unos instantes antes de dormir, justo antes de ser vencido por el sueño. No es un momento ideal para ponerse en plan creativo: si me he ido a dormir, es porque tenía sueño, ergo, necesitaba descanso. Tengo varias opciones: pasar de la idea y esperar que vuelva en algún otro momento, por experiencia eso es un error ya que pasado ese momento de lucidez, y sin más referencia que lo que recuerde de ese corto momento acabaré por olvidarla o seré incapaz de recordarla; la segunda posibilidad es desarrollarla en ese mismo momento, con el consiguiente perjuicio para mi descanso; o la opción más equilibrada, y que ha dado origen a este post, tomar nota de la gran idea para analizarla con perspectiva más adelante y ver si vale la pena desarrollarla. La peor opción es no tomar ni siquiera una breve nota de lo que se me ha ocurrido… quizás más tarde se me vuelva a ocurrir de una manera similar, pero la idea genial la habré dejado pasar.
Gracias a haber tomado nota de algo que se me ocurrió antes de dormir hallé la solución a algún problema que me había estado rondando la cabeza, repentinamente vi la claramente cómo hacer algo con código que tenía a medias o se me ocurrió algo digno de ser apuntado. Otras veces, por la mañana al ver lo que apunté la noche anterior pienso «Qué mierda de idea…» y el proyecto acaba abandonado, pero por las veces que me ha funcionado vale la pena apuntar cualquier gilipollez…
Yo no puedo pasar de una idea. A veces me ha ocurrido que son las 4 de la mañana y me he depertado con una idea curosa para escribir un relato o lo que fuese y, automáticamente, me tengo que levantar y escribirla. Eso me ha causado más de un problema a la mañana siguiente, pero creo que siemrpe me merece la pena.
Yo las ideas brillantes casi siempre las tengo en la ducha, no sé porqué, igual por ser el momento en el que realmente me despierto :) El caso es que debería ponerme una de esas pizarras de Vileda en la pared del baño :D
A mí me pasa entre el momento de apagar la luz y el de conciliar el sueño. Pero…¿y la pereza que da reincorporarte e ir en busca de papel y lápiz?? Es un dilema porque te vuelves a despejar. Pero lo peor es que te engañas diciéndote a ti mismo que al despertar podrás pensar con más claridad y detalles y…ni siquiera logras recordar en referencia a qué se te ocurrió algo!!! :roll:
Besitos
A mi me pasa exactamente lo mismo tio. Escribi un post al respecto y me dieron algunas ideas para poder tomar notas y tal, pero al final no he seguido ninguna.
Sobre todo porque en cuanto llego al momento algido me quedo dormido… es una putada.
Esto es enfermizo, cuando leí el título del post pensé en inspiración pulmonar… tanta neumonía de los … :(
lápiz??
Bueno, por lo que veo lo de los momentos de lucidez no es algo que me pase sólo a mi, ya estoy más tranquilo :). Aunque los hay más impulsivos, como El Tabernero, eso sí que es agarrarse a la idea!
Noralba… qué decir, sí que es enfermizo, pero bueno, deformación profesional xD
ms. Tibbetts… antes iba a usar una foto de un lápiz, pero la cambié por el boli creyendo que no se daría cuenta nadie… me has pillado! :$
Que curioso, al igual que vosotros, yo también suelo inspirarme antes de dormir, me pasa como a Alex, muchas veces me quedo dormido antes de apuntar el conceto. La coña marinera es cuando el problema queda en el subconsciente y le das vueltas durmiendo. No es la primera vez que resuelvo un problema durmiendo y me despierto en medio de la noche…
Un truco para cazar esas ideas es asociarlas a un suceso extraño, me explico, si no tienes nada para apuntar ni posibilidad de fijar la idea, haz algo raro o inusual (grita en la calle, da una voltereta). El cerebro asociará ambas ideas y al recordar lo inusual, te vendrá la idea inspirada a la mente.