Goya es uno de los más importantes e internacionales artistas españoles. Aparte de sus cuadros destacables desde un punto de vista estrictaménte estético y técnico (artístico, vamos) tiene cuadros con destacada relevancia por su significado en la sociedad, como los de los fusilamientos del 3 de mayo de 1808, lo que hace que sean notables en la Historia del Arte.
También ha sido el mejor grabador español junto a Ribera .Su primera gran de serie de grabados tiene parte de este carácter social de su obra, Caprichos, a la que pertenece este grabado, es del final del siglo XVII (1797 – 1799), y refleja con ácida ironía los defectos de la sociedad de la época, crititando todo aquello que no le gusta: la educación, la religión, la nobleza, entre otros temas.
Este grabado en concreto representa la evasión que proporciona el sueño, dando acceso a un mundo onírico en el cual toda clase de seres son posibles, hasta los más grotescos, dando una gran libertad creativa al artista. En un principio iba a ser el principal de esta colección, pero acabó siendo el número 43. A pesar de ello quizás sea una de las obras de Goya más conocidas.