Dejando de ir al cine…

Antes solía ir prácticamente una vez por semana al cine a ver el estreno más interesante que tocase, pero últimamente no voy mucho por allí… Antes era costumbre ir los viernes al cine, y con ello me tragué alguna que otra mierda infumable cuando la cartelera venía floja, pero también me llevé alguna grata sorpresa. En las semanas de varios estrenos, a veces incluso iba un par de veces al cine…

Situémonos: en Santiago sólo hay dos multicines, uno de la cadena Cinesa y otro más «familiar», el Valle Inclán, y ninguno de los dos es una maravilla (aunque por el precio de la entrada podrían serlo, no, es un farol). Las butacas son lo justo de cómodas y espaciosas en ambos (estricamente hablando, sin lujos), y por sí solos tienen detalles que ya me harían plantearme ir a ver una película en ellos.

En los de Cinesa, a pesar de vender las palomitas acompañadas por un refresco aguado (hielo con refresco hecho con polvos, quiero decir) a precio de solomillo (más de 10€ por un cubo de maíz tostado!), si compras el tamaño grande ni siquiera puedes dejar el vaso en el hueco reservado en el asiento, ya que son demasiado pequeños, y te toca tenerlo encima o en el suelo. En este cine la entrada sube aproximadamente a razón de 1€ al año, pero las salas siguen siendo iguales que hace varios años (por ejemplo, de cine 3D ni hablar!).

En Valle Inclán lo que es de traca es cómo ponen las películas. Me explico: ay de ti como vayas a ver una película «tranquila», que no haga demasiado ruido… ¡acabarás oyendo las películas de acción de las otras salas! En realidad igual es una feature, una especie de 2×1 en el que pagas una película y como extra te destripas otra y te ahorras la visita… El otro elemento que hace que no les tenga mucho cariño es la experiencia con su torpeza al poner las películas: una vez empezaron a proyectarla antes de tiempo y prácticamente nos exigieron una demostración de que no mentíamos por llegar tarde (que se la dimos, porque teníamos razón), y acabaron saldando el error con una entrada para otra sesión. Pues vaya. La otra vez, empezaron a proyectar mal la película, con la imagen desplazada (la parte de arriba en la zona inferior y viceversa), tras comentarlo y decir que lo arreglaban jodieron el sonido, y a la tercera estuvieron un rato proyectando la película con las luces encendidas. De la película no me acuerdo, pero me dejaron de bastante mala ostia…

Antes había un tercero en discordia, los Cines Compostela, con unas salas sorprendetemente pequeñas, pero el añadido de que su cartelera era muy buena – o, por lo menos, diferente. En él se podían ver películas extranjeras que se salían un poco del circuito comercial que, aunque llegaban con cierto retraso, al menos llegaban, porque ahora ni eso. Como mucho, el festival Cineuropa, en el que proyectan películas internacionales en VO en los teatros de la ciudad a precios atractivos, y al menos se puede ver algo diferente… pero eso sólo es un mes al año.

Pero lo que ha sido más detonante en que ir al cine llegue a resultarme molesto es la gente. Cuando no es el que agita mi butaca, es el acaparador de reposabrazos, o sino son los adolescentes graciosos que hacen ruidos, y siempre quedan los que hablan toda la película a viva voz o el que le suena el móvil. Y mi favorito: hace un par de semanas, viendo District 9, estuve acompañado a mi siniestra por el auténtico Eslabón Perdido. Balanceaba el asiento moviendo las butacas de la fila entera, realizaba comentarios tan ingeniosos como gritar «Pero qué tontos!» cada vez que salía un alienígena en pantalla (sí, quienes la hayais visto os dais cuenta de que insultó a unos cuantos), o celebrar las apariciones de cualquier tipo de animal de granja como si le fuese la vida en ello. Por no hablar de su método infalible de dos pasadas para comer palomitas (de su cubo de, por lo menos, 5kg): en la primera, dejaba unas cuantas en la boca. En la segunda pasada, tanteaba la tripa y las ingles para ver lo que había caido y remataba con ello. Un hombre ingenioso donde los haya.

Resumiendo: el espacio para sentarse es más bien justo, toca compartir reposabrazos, los «aperitivos» son prohibitivos, imposible ver una película en VO y te puede tocar al pesado de turno al lado. Encima, cada vez se ve mejor el cine en casa… Verde y con asas: ahora intento ir solamente a películas que tenga muchas ganas de ver o sepa de antemano que merecen la pena, y en sesiones poco pobladas…

15 respuestas a «Dejando de ir al cine…»

  1. Totalmente de acuerdo contigo, lo de Santiago con el cine no tiene nombre. Y me alegra ver que no soy el único que odia a la fauna que puebla los cines de Compostela.

  2. Sólo algunos ireductibles como Alexliam aguantan el tipo. Yo ahora voy un par de veces por estación y si se tercia.
    Soy un absoluto fan de mi videoclub.

  3. Aaaaaaaaaaamen…

    A mi y hace que no me pillan, como sigan así la llevan clara.
    Veremos el año que viene, cuando abran los del nuevo centro comercial de Las Cancelas, pero tiene pinta de ser más de lo mismo.

  4. @David, pues nos va a tocar esperar un rato largo, porque esas obras están totalmente paradas!! El centro comercial de Milladoiro sí está en construcción… y sino, lo mejor y más cercano es Lalín (manda huevos).

  5. ¡Pero que razón que tienes! En mi caso, por lo menos, aún encuentro algún multisalas donde la comodidad es más que aceptable. El problemna es que el precio no acompaña…

  6. Yo hace mucho tiempo que he dejado de ir.
    Puedo pasar por la butaca incómoda, la sala pequeña, o incluso las que no están suficientemente aisladas, pero por lo que no paso es por compartir espacio con gente incivilizada que no sabe estar entre personas.

    Como no puedo ir diciéndole a la gente que, por favor, sea más educada, opto por no estar compartiendo espacio con ellos y, por ello, hace tiempo que no voy al cine.

    Ojo, el cine no es el único espacio donde campan a sus anchas estas especies que proliferan en progresión geométrica.
    Puedes verlos en Area Central, en el Ensanche los jueves, y muy pero que muy concentrados todos en el botellón de la Alameda.

    He ido al cine, he ido de vinos, he hecho botellón en el piso de la Calle Santiago de Chile, en el piso de la Calle Nueva, en el piso de Rosalía de Castro, en la Alameda, en el campus, en el Monte de la condesa…me lo he pasado de muerte, pero jamás he perdido la educación.

    Aun borracho, todavía hay clases.

    Y volviendo a lo del cine, me encantaría ver la peli de 2012, que sale en Noviembre y la de Killer Wave que no sé cuando sale.

    Pero solo de pensar en dicha fauna…me da grima.
    Quizá termine por verla en DVD.

    Un saludo a todos.

  7. Y tú porque eres de Santiago, pero yo que vengo de Vigo, donde los cines están bastante bien… antes aún me quedaba para ir al cine en Santiago que eran sustancialmente más baratos, pero ahora la diferencia es de menos de un euro!

    Y no hay color.

    Igualmente, cada vez intento más ver las película en V.O. (por ahora las angloparlantes), y eso es un imposible en estos cines españoles.

  8. Yo sigo yendo todas las semanas, soy fiel a mi gran afición y no lo puedo dejar. Eso si, siempre en horarios de 23 horas o más tarde (A.C.).

    Como voy con amigos suelo ponerme entre ellos (tema reposabrazos, etc.) o en las esquinas de las filas. Lo que menos soporto son los revienta pelis o los teenagers que se meten en una película a la que no deberían ir. La gente ha perdido el norte, no saben cerrar la boca, no saben estarse quietos y, sobre todo, no saben comportarse en un lugar público. No es la primera vez que me levanto y me cago en la madre que parió al fulano de turno :S. La verdad, acabo notablemente estresado y se me hincha la vena.

    En los últimos meses he ido unas cuantas veces a los cines de Coruña. Compartiendo coche con varios vale la pena, y puede uno ver 3D, disfrutar de cines en modo anfiteatro y todo lo que un cine decente debería tener.

    En cuanto al estado de las salas, el precio, etc… bueno, cosas peores se han visto. Lo peor la gente :(

    P.D. Mi preferencia es siempre el Valle Inclán. Salvo cuando solo estrenan algo en la infame A.C. Ahí es donde realmente encuentras fauna de la buena. Terrible.

  9. El problema de los dos cines que quedan como dicen la mayoria es la gente que va y el precio excesivo… la entrada al cinesa o valle no deberia ser ni la mitad de la de uno de vigo o lalin.

    Antes en santiago tenias al menos el cine compostela, que eran conscientes de lo que eran… un cine pequeño, con peliculas no reconocidas por los otros dos, pero que generalmente habian triunfado en el extranjero (el viento que agita la cebada, crazy) y un precio muy barato…

    Ahora ni eso, tienes los cinesa que te tangan con las palomitas y hasta con los puntos de la cinesa card (ahores!) o el valle que deja bastante que desear en cuanto a instalaciones.

  10. Otro que ha dejado de ir todos los viernes al cine a no ir en meses. Antes era una especie de rito ir a la sesión de noche de los viernes, ver una peli y después comentarla tomándose algo.

    Ahora eso ya no es posible. O yo me he vuelto muy tiquismiquis pero me molesta muchísimo la gente que hay en las películas. Y a mi, que me gustan mucho los blockbuster, siempre tengo que aguntar el típico grupito de adolescentes pesados (fue un suplicio ver Wanted).

    Además, ahora cada vez me gusta menos ver las películas en castellano. Las prefiero mil veces en inglés subtituladas. Se aprende mucho, que buena falta me hace, y en algunas es casi como ver una peli diferente (ver 300 en castellano es una PUTA MIERDA).

    En fin, prefiero quedar para tomar algo y bajarme las pelis en DVDrip (curiosamente, he visto pelis en VO en calidad DVD antes de que las estrenasen en España).

  11. Es que lo de los cines en Santiago es de vergüenza. Es muy triste que en Lalín tengan un cine mejor que los dos que tenemos en Santiago. Parece mentira que seamos capital.

    Tema aparte el incivismo generalizado… que daría para hablar largo y tendido. Eso sí, lo que tengo muy claro es que la culpa es de los padres.

  12. Yo estuve el miércoles por la noche y hacía muchos meses que no iba, no sé si fue por el horario o por las pelas (que es que es muy caro) pero estábamos solos, fue como ver una peli en el piso de unos amigos, pudiendo comentar las jugadas, porque realmente nos pusieron la película a nosostros cuatro. Así sí merece la pena.

  13. No se el precio del cine en Santiago, pero en Madrid y Barcelona es un abuso (7,60 euricos) y el incivismo de la gente es el mismo imagino, pensé que lo último era que le sonara a alguien el móvil, pero no, ya he visto a bastantes coger la llamada y hablar en el cine, y lo ultimísimo es al típico adolescente que llamaba a su colega del alma para ver «qué hacía» …

    Por no hablar de los que te ponen el pie encima, te dan patadas en la butaca, llegan tarde y pisan a media sala para llegar hasta la butaca más centrada que tienen, los que comentan cada diálogo, etc.

    Tendré que comprarme una tele, un DVD y alquilar en el videoclub …

    // Uno que pasaba por aquí (y quemao con el cine)

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